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Emprender muchas veces es difícil. Ahora, cuando es una mujer quien decide emprender, a veces debe enfrentar desafíos adicionales. Las mujeres estamos condicionadas por normas culturales y sociales que dificultan el proceso, el que resulta más difícil en comparación a los hombres. Algunas deben compatibilizar el cuidado de los hijos e hijas y del hogar con el trabajo, y otras no encuentran las oportunidades más óptimas para desarrollar al cien por ciento sus emprendimientos.
Según el estudio publicado el año 2018 “Brechas para el Emprendimiento en la Alianza del Pacífico”, aproximadamente un 63% de las mujeres declaró como principal obstáculo la disponibilidad y acceso a financiamiento, seguido por un 33% aprox que declaró una falta de acceso a redes de contacto y mentores y un 31% falta de preparación y conocimiento.
Estas barreras se han estado trabajando de a poco, existen instituciones públicas y privadas que prestan apoyo para disminuirlas. Sin embargo, constan otras brechas que son importantes de superar y que se relacionan en cierto sentido a las nombradas anteriormente.
Por ejemplo, el miedo al fracaso. Según el GEM Mujer 2017, el 40% de las mujeres no emprendedoras tienen miedo al fracaso y casi un 30% de las mujeres emprendedoras también lo tiene. Esto puede hacer que tendamos a quedarnos en nichos mucho más tradicionales e innovar poco, o que simplemente, ni siquiera nos atrevamos a emprender.
También tenemos las redes a las que podamos acceder y armar. Esta es la segunda brecha que impide el emprendimiento femenino, solemos hacer más redes de contención y sociales que profesionales. Poder tener una red de especialistas a la que podamos acceder en caso de necesitar guía y apoyo es fundamental.
Por otro lado, tendemos a hacer un menor uso de las tecnologías. Según el GEM Mujer 2017, solemos tener más presencia en la industria del retail y menos en la industrial de las Tecnologías de la Información. Atrevámonos a usar aplicaciones que puedan hacer más eficiente nuestra gestión dentro de los negocios, a crear nuestras páginas web y a hacer uso de la tecnología disponible.
Nos hace falta profesionalizarnos. En nueve regiones del país más de la mitad de las mujeres emprendedores posee sólo estudios escolares. Si queremos llevar y administrar de mejor manera nuestro emprendimiento, es importante que nos capacitemos, leamos y aprendamos. Existen muchos cursos gratuitos y online que nos pueden dar las herramientas que necesitamos.
Siguiendo con las barreras, el mismo estudio mencionado anteriormente nos dice que nos cuesta armar equipos. Además de los recursos necesarios para hacerlo, se suma a que no queremos liderarlos y dudamos de nuestra capacidad de hacerlo. Esto nos impide delegar tareas y terminamos haciéndonos cargo de todo (marketing, ventas, producción, etc).
Ingeniero comercial UCN con diplomado en emprendimiento e innovación UAI. Salamanquina. Consultora en Simón de Cirene, ha asesorado 100+ micro y pequeñas empresas.