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Probablemente has escuchado sobre el costo fijo y el variable. Es que saber la diferencia entre ellos juega un rol clave en el orden de la contabilidad de tu negocio, especialmente en tiempos de incertidumbre, donde mantener la mayor liquidez posible puede ser un factor clave en la supervivencia de tu emprendimiento.
Un costo fijo permite cubrir necesidades y servicios que son indispensables. Estos costos generalmente no cambian en el corto plazo. Es decir, no disminuirán significativamente en semanas o meses. Ni van a depender del volumen de producción. Sin embargo, en el largo plazo estos costos sí pueden experimentar variaciones porque son afectados por situaciones del entorno macroeconómico.
Por otro lado, un costo variable cambia de manera constante y sigue una relación directa con el volumen de producción de tu negocio. Si produces más estos costos aumentarán y si produces menos disminuirán.
¿De qué depende que sea fijo o variable? Básicamente de si cambia cuando aumenta o disminuye el nivel de producción ya sea por productos o servicios. Es decir, si aumenta la producción de un producto o servicio y el costo aumenta también entonces es un costo variable. En cambio, si aumenta o disminuye la producción de un producto o servicio y el costo se mantiene inalterable es un costo fijo.
Arriendo: Este coste es frecuente en los negocios y tiene la particularidad que generalmente no cambia. Siempre se paga lo mismo mensualmente. Si en tu negocio un mes vendes el doble de unidades que el mes pasado ¿el arriendo será más caro? Probablemente no, se mantendrá igual y estaremos en presencia de un costo fijo.
Materia prima: Supongamos que tienes un local de comida que vende completos. Un mes vendes 100 unidades lo que tiene un costo de $300 por unidad de pan, dando como resultado que vender esos 100 completos te cuesta $30.000 en pan. Pero al próximo mes vendes 50 completos por lo que el costo en pan baja a $15.000 y luego al siguiente mes vendes 200 completos subiendo el costo del pan a $60.000. En este caso, el costo del pan cambia si aumenta o disminuye la producción por lo que sería un costo variable.
Nos ayuda a prevenir problemas en el flujo de caja. Revisar periódicamente los costos fijos y variables comparándolos con el nivel de ventas e ingresos significa controlar el flujo de caja. Así es como se pueden detectar posibles problemas de liquidez en tu empresa y si es a tiempo puedes tomar las medidas necesarias para evitar un colapso.
Determinar ingresos ideales: El hecho de saber cuántos son tus costos totales (la suma de costos fijos y variables) te ayudará a establecer cuántos ingresos necesitas generar para cubrir estos costos. Así mismo, te ayudará a mirar con más detalle tu margen y jugar un poco con estos números.
Establecer precios correctamente: En los tiempos que corren establecer precios que sean atractivos para tus clientes es todo un tema en sí mismo. Si lo haces bien podrás atraerlos y fidelizarlos. Analizando tus costos fijos y variables podrás ver en detalle “hasta qué punto puedes mover tus precios”, por ejemplo, bajarlos para crear ofertas atractivas sin riesgo de perder todo tu margen de utilidad.
Ya sabes la importancia de identificar y reconocer tus costos fijos y variables porque permite tener un mayor control sobre tu negocio y tomar mejores decisiones.
Fanático del emprendimiento. He asesorado a cientos de empresas, ayudado a diversas comunidades y trabajado con diferentes tipos de emprendimientos. Emprendedor, docente de corazón e Ingeniero Comercial de la UCSC de Concepción.