El cambio climático es una realidad: las sociedades modernas a nivel global presentan un déficit medioambiental importante, producto de las grandes cantidades de gases de efecto invernadero que emiten, lo que repercute cada vez con más intensidad en las formas de vivir de las personas.
El problema no es menor, si no hay un cambio en la forma de producción y consumo de bienes y servicios, para el año 2050 necesitaremos la capacidad de tres planetas Tierra para sostener los estilos de vida de 9,6 millones de personas (ONU 2015). Es por este motivo que es urgente innovar en las cadenas productivas y más aún, crear negocios que reduzcan el impacto ambiental de la interacción entre nuestros sistemas de producción y consumo.
A comienzos de este decenio se comenzó a desarrollar una herramienta metodológica que actualmente se toma la agenda de diversos países con el fin de encontrar una solución viable a estos problemas, ésta es La Economía Circular, que se plantea como un modelo productivo que invita a pensar sistemáticamente en el ciclo de vida de los productos (FEM 2013), revolucionando la forma en cómo los productores deben diseñar y poner a disposición sus productos, y también la interacción de los consumidores y usuarios con el producto, evitando que este llegue a la etapa final de residuo.
En esta columna repasaremos algunos de los puntos en donde la economía circular ofrece nuevas posibilidades de generar negocios con impacto positivo, para que las puedas incorporar en tu emprendimiento en marcha o en esa idea que te está dando vueltas en la cabeza.
- La generación de energías renovables
La economía circular sólo tiene sentido si descansa en la base de las energías limpias. Consideremos que el sector energético es el más contaminante en nuestro país y que a pesar de los avances, aún cerca del 70% de nuestra energía se produce mediante la quema de combustibles fósiles (OECD 2016).
El plano de las energías limpias presenta oportunidades en muchos sentidos, ya que está siendo fuertemente impulsado por la política pública. Detectamos la oportunidad de consultoría y desarrollo en términos de instalación y eficiencias de energías renovables no convencionales (ERNC). La autonomía energética es un concepto que de a poco comienza a tomar relevancia: la capacidad de que nuestros dispositivos, viviendas y herramientas generen la energía que requieren para funcionar de forma espontánea. Este enfoque invita a cambiar la escala en como se piensa la generación de energía desde lo particular (hogares) a lo general (Sistema Interconectado Central).
- Sistema de incentivos que premien la prolongación de los ciclos de vida y circularidad
Actualmente los incentivos en términos de costos están puestos en el desecho de los productos. ¿De qué manera podemos cambiar este comportamiento desde la interacción de las personas con sus residuos? Los plásticos, latas, papeles, y en general, cualquier material que tenga demanda productiva, presenta una oportunidad de negocios, el problema es que, por temas logísticos, hay que provocar que la gente retorne a las plataformas de reciclaje de la manera adecuada estos materiales. Un ejemplo interesante es un programa del Metro de Valparaíso, que ofrece beneficios mediante la deposición de botellas plásticas en sus contenedores. ¿Puedes pensar otras maneras de incentivar a la gente a ocupar las plataformas de reciclaje, o a evitar que deseche sus productos? - Uso en cascadas y correcto procesamiento de residuos orgánicos
Dentro del modelo de economía circular, los materiales orgánicos tienen un tratamiento distinto al de los materiales técnicos: por sus características no es factible, por ejemplo, reciclarlos. Pero sí podemos aprovechar sus características bioquímicas. El principal problema con el tratamiento de residuos orgánicos tiene que ver con la logística reversa, tienen características muy volátiles, lo que hace muy difícil su traslado y almacenamiento.
Dentro del ciclo biológico encontramos tres formas de aprovechar las características de los materiales orgánicos: el uso en cascadas, que tiene que ver con la utilización del mismo material para distintas funciones conforme cumple con su ciclo de vida (ejemplo: algodón para hacer ropa, luego, ocupamos ese mismo algodón para hacer rellenos de ornamentos, y finalmente como aislante para la construcción); el compostaje, que tiene que ver con la descomposición controlada de diversos materiales orgánicos y el biogás, un combustible generado a partir de la descomposición sin oxígeno de los residuos orgánicos.
Siempre considera que se trata de comida: podemos evitar que se convierta en residuo. Ahí encontramos iniciativas como Disco Sopa y Red de Alimentos. Este tema toma urgencia cuando consideramos que el 50% de nuestra basura es de origen orgánico.
- Sistemas de logística inversa en los ciclos técnicos
El reciclaje no es la solución al problema de los residuos. Existen pasos previos en términos de gestión de este material. La prolongación del uso, los mercados de segunda mano, la industria de la reparación y la remanufacturación/reutilización de los materiales. El problema: Salvo el mercado de segunda mano, ninguna de estas alternativas está desarrolladas de la manera correcta.
Actualmente se plantea una revolución de la relación que tenemos con los productos que ocupamos, basada en los modelos de consumo colaborativo, donde se pasa desde el ser propietario al ser usuario. Estas lógicas ya están implementadas en muchos servicios que hoy utilizamos de manera habitual, como Uber o Airbnb. Esto permite que los objetos o activos estén siendo constantemente ocupados.
Necesitamos que las lógicas colaborativas se masifiquen a más productos/servicios. Se estima, por ejemplo, que un auto pasa estacionado cerca del 90% de su vida útil. A esto se le llama pérdida estructural ¡Piensa todos los objetos que tenemos y que pasan más tiempo guardados que siendo usados!
- Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y plataformas de reciclaje
El reciclaje es la etapa logística más consciente, implementada e incentivada en nuestro país. A través de la entrada en vigor de la Ley REP (Ley 20.920) se formaliza la figura de Organizaciones de Responsabilidad del Productor, que representan las organizaciones intermediarias que se harán cargo de la captación, traslado, almacenamiento y control de los residuos prioritarios (en Chile: Aceites lubricantes, aparatos eléctricos, envases y embalajes, pilas, baterías y neumáticos). Especial mención a los sistemas de gestión de residuos, encargados de proponer planes y la gestión logística, que competirán por las licitaciones de los productores que requieran cumplir las metas impuestas por los decretos de ley correspondientes.La ley REP, además, asegura el stock y busca garantizar la trazabilidad de los residuos prioritarios, por lo que si tienes un emprendimiento relacionado con la elaboración de productos que se componen por alguno de los residuos prioritarios tendrás muchas oportunidades de reducir tus costos en términos de búsqueda y precio de mercado de los materiales.
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Boris Suazo
Fanático de la sustentabilidad. Ingeniero Comercial de la Universidad de Chile.