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Paula Montes Vergara es la Directora de Social en Simón de Cirene, un área dedicada a mejorar la gestión de organizaciones sociales y comunitarias. Durante los últimos 4 años, ha puesto sus conocimientos al servicio de los demás, dirigiendo con excelencia esta área.
Paula descubrió su pasión por la ingeniería y supo que era su camino. Tras completar su educación en la Pontificia Universidad Católica de Chile, obtuvo su título de Ingeniera Civil Industrial. Pero su necesidad de conocimiento y deseo de ampliar sus horizontes la llevaron en un viaje hacia la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Allí, se perfeccionó en Políticas Públicas, obteniendo un valioso postgrado que le permitiría abordar los desafíos sociales desde una perspectiva más amplia.
Su viaje personal y profesional le han enseñado la determinación, pasión y libertad por lo que hacemos, que son según ella, la clave para dejar una huella duradera en el mundo: “Más que buscar la felicidad, yo hoy en día busco la libertad, porque creo que la libertad es más primaria. La felicidad son momentos, pero si uno se siente libre y en paz está abierto a los caminos a los que te lleva la vida”.
En Simón de Cirene desde el año 2016 teníamos un proyecto con SENAMA (Servicio Nacional del Adulto Mayor) que buscaba fortalecer las residencias que atienden a las personas mayores. Como somos expertos en capacitación y en gestión, nos contrataron para que hiciéramos capacitaciones en estas residencias. Y en eso llegó la pandemia.
Con la pandemia del COVID-19 SENAMA nos pidió gestionar un fondo donado por la CPC – Confederación de la Producción y del Comercio. El objetivo en ese momento era evitar muertes. El director de SENAMA era Octavio Vergara y tuvo la visión de decir “tengo que evitar que ocurra en Chile lo que vemos en Europa”, que era encontrar una residencia con sus personas mayores fallecidas. Entonces estableció una estrategia Covid, que consistía en tener comunicación directa y permanente con todas las residencias, de modo de poder saber al instante si se presentaba un brote.
Al suceder esto, teníamos que activar una residencia espejo, que era el reflejo de esta residencia infectada. En general era un hotel, un hostal, lugares que arrendamos y que habilitamos como residencias. Eso implicaba tener camas, personal de salud, servicios de alimentación, de seguridad, elementos de protección personal como las mascarillas, pecheras y alcohol gel. Teníamos que ser capaces de crear esta nueva residencia en 24 horas, de modo de poder separar a los enfermos de los sanos, para que no hubiera mayor contagio.
Fue un gran desafío. Estuvimos trabajando desde marzo hasta fines de 2020 con mucha intensidad. A finales de ese año llegaron las vacunas y eso hizo que viéramos la luz al final del túnel. Esa fue nuestra inmersión a este mundo, no solo desde la gestión y hacer clases, sino de entender, que además de estas residencias formales, existía un mundo gigantesco de residencias que estaban funcionando un poco en la clandestinidad, ocultos, pero no por eso malos lugares, simplemente no tienen autorización sanitaria.
Nos sensibilizó mucho esta situación, porque son residencias que quieren hacer un bien, que prestan un servicio que es imprescindible para la sociedad, pero no saben muy bien cómo hacerlo, y están funcionando al margen de la ley. Entonces ahí nos quisimos hacer cargo de ese desafío y hoy tenemos el proyecto que se llama Por un Bien Mayor, que busca fortalecer a las residencias del país, sean formales o informales, porque la verdad es que hay mucha precariedad, faltan muchísimos recursos.
Cuidar a una persona mayor en Chile cuesta alrededor de 1 millón de pesos mensuales, porque tienen que tener alimentación adecuada, equipo médico especializado para su atención, además de un equipamiento e infraestructura especial.
La mayoría de las residencias sólo cuentan con la pensión de las personas mayores, que en general son muy bajas. Entonces al ser los recursos escasos la alimentación no es tan buena, los pañales no se cambian todo lo que deberían, hay un cuidador para muchas personas, esto hace que baje el estándar y eso hace que estén fuera de la normativa legal.
Por un Bien Mayor es nuestra gran propuesta para trabajar con las personas mayores que viven en residencias. Las personas mayores necesitan de la atención del Estado y de la sociedad civil estén donde estén: en sus casas, en los clubes de adulto mayor, en todas partes! . Pero es en las residencias en particular donde están más invisibilizadas, porque están dentro de una casa y no se ven, no se sabe las carencias que sufren día a día.
Hay una serie de motivos, uno podría pensar, por ejemplo, en una familia con muchos recursos que decide que su padre o madre vaya a terminar sus últimos días a una residencia de muy alto estándar donde va a poder compartir con otras personas, se va a entretener, va a tener actividades y ésa es una motivación muy buena. Pero estamos hablando de una excepción.
Por lo general lo que hemos visto en nuestro trabajo, es que son personas que requieren de cuidados especializados y que sus familias no se los pueden dar, por lo tanto, lo van a ubicar en una residencia.
A veces ocurre que son personas que no tienen redes y que nadie los cuida porque no tuvieron hijos, o porque sus hijos están alejados. Y también tenemos los casos sociales, en que los mismos tribunales los mandan a residencias, o están en situación de calle y deben ser enviados a residencias para poder tener los cuidados que son adecuados para ellos.
Es bien sorprendente, pero en general los sostenedores son gente común y corriente que en algún momento quedaron a cargo de un familiar, un vecino le pidió que cuidara a otro familiar, y así, sin darse cuenta, se transformaron en una residencia, informal posiblemente.
Vemos que tienen un amor por cuidar a las personas mayores que es muy genuino, hablan de forma cariñosa de “mis viejitos”, porque los sienten su propia responsabilidad. Ellos quieren cuidarlos, pero necesitan ayuda. La mayoría te diría que están muy agradecidos cuando hemos trabajado con ellos, el apoyo que les hemos podido dar y las redes que hemos construido en torno a ellos.
Pero este es un tema sumamente complejo y que Simón de Cirene no puede resolver solo, porque hay problemas que van desde la falta de recursos para alimentación, para contratar a los equipos requeridos, pasando por la falta de capacitación, desconocimiento legal de qué deben hacer para cumplir la ley, hasta el financiamiento para infraestructura para tener la accesibilidad necesaria, que son inversiones bastante altas. Por lo tanto, no es un problema que pueda resolver un único actor; nosotros tenemos la voluntad de resolverlo, pero sabemos que no podemos solos.
Por un Bien Mayor es un proyecto de colaboración público privada, que busca invitar a distintos actores para poder entre todos contribuir y ofrecer una solución a cada una de las residencias que participan de este programa.
Tenemos apoyo de empresas que nos han entregado financiamiento, aunque lamentablemente sigue siendo insuficiente. Y por eso hoy día estamos en la campaña “Mejoremos las residencias HOY”. Las personas mayores están, la mayoría, en el último ciclo de su vida, no pueden esperar.
Mejorar las residencias de personas mayores requiere de voluntad. Los sostenedores están expectantes del apoyo que les podamos brindar, y lo que les decimos es que aquí estamos para ellos, pero necesitamos a muchos más actores involucrados.
Mi sueño es poder tener una alianza más sólida, con la mayor cantidad de actores para poder ofrecer este programa de manera muy integral. Por un Bien Mayor es un proyecto de acompañamiento y de fortalecimiento, es capacitar a la gente para que pueda hacer mejor su trabajo, ayudarlos a generar redes con su entorno, que sepan dónde pueden ir a pedir ayuda en determinados territorios y dónde tienen aliados.
Y ojalá poder formalizar a los que no lo son, e incluso si no son formalizados, nosotros nos vamos a dedicar a apoyarlos para que mejoren su gestión, porque voluntad hay, solo que necesitan a alguien que los apoye y que les enseñe, y esos somos nosotros.
Periodista de formación. Ha trabajado en instituciones culturales, proyectos independientes y proyectos sociales.