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Cada año se conmemora el día mundial del Alzheimer, cuyo propulsor fue la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con la Federación Internacional del Alzheimer, con el objetivo de sensibilizar y concientizar a la población respecto de las demencias, sus implicancias y consecuencias.
La demencia es una condición crónica y de deterioro progresivo de diversas funciones cerebrales, que repercuten en la capacidad de independencia y autonomía de la persona para realizar diversas actividades en su vida diaria. De acuerdo con las últimas cifras las demencias afectan a unos 50 millones de personas alrededor del mundo (OMS)
Las demencias afectan no sólo a la persona que la padece, sino que a todo su entorno. Por lo tanto es fundamental considerar a cuidadores, a familiares y a las personas cercanas que se ven involucrados en la enfermedad, ya que las labores de cuidado podría impactar de forma negativa en el ámbito físico, emocional, económico, entre otros.
Existen muchos tipos de demencia, y la enfermedad de Alzheimer es la causa más común y mayormente diagnosticada en nuestro país y en el mundo, representando el 60-70% de los casos. La enfermedad de Alzheimer no sólo se debe relacionar con la pérdida de memoria, sino que podemos identificar desorientación, problemas de lenguaje, aislamiento, depresión, dificultad para realizar actividades conocidas, cambios en el comportamiento, entre otras.
En cuanto a políticas públicas, Chile cuenta con un Plan Nacional de Demencias, el cual entrega directrices de cómo intervenir de forma oportuna y continua ya sea a la persona con demencia como a su entorno cercano mediante la articulación de diversos dispositivos. Además dentro de las Garantías Explícitas en Salud se encuentra la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, que incluye diagnóstico y tratamiento (GES 85).
En general las demencias se relacionan directamente con la etapa de la vejez, sin embargo estas se pueden padecer sin importar la edad. En este sentido podemos afirmar que la demencia senil no existe, es un concepto obsoleto que debemos dejar de utilizar
El tratamiento farmacológico estará presente, sin embargo es de suma importancia complementar con intervenciones no farmacológicas que promuevan la participación de la persona con demencia en actividades significativas acordes a su historia de vida, preferencias y que no sean infantilizadoras. Algunos ejemplos son: escuchar música de interés, cocinar en conjunto, ver fotos familiares, utilizar juegos de mesa, cuidar el jardín y más.
Mantener hábitos saludables serán claves para la prevención de las demencias, se sugiere evitar malos hábitos alimenticios y tabaquismo, regular el consumo de alcohol, realizar actividad física, atender quejas de salud mental, participar en actividades en la comunidad, evitar el aislamiento y controlar periódicamente otras enfermedades.
La demencia no tiene cura, pero sí existen intervenciones desde la prevención y tratamiento que favorecen la calidad de vida de la persona, cuidadores y familia, donde el abordaje debe ser integral, centrado en la persona considerando en todo momento sus derechos.
Finalmente puedes revisar el Libro “30 Días para ejercitar la memoria” impulsado por el Ministerio de Salud y la Guía “Viviendo con Demencia” para el acondicionamiento de la vivienda, de Macarena Espina Díaz.