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En Simón de Cirene estamos convencidos de que el voluntariado no solo tiene un fuerte impacto social, sino también es una oportunidad para crear culturas organizacionales más humanas y conectadas, generar vínculos profundos y aprendizajes tanto en las comunidades como en las personas que participan.
Con ese espíritu, y en el marco del Día internacional del voluntariado, organizamos un webinar para reflexionar sobre el impacto del voluntariado corporativo, con testimonios de empresas que han integrado esta práctica en su cultura organizacional. María Teresa Cavada, especialista senior de desarrollo comunitario de Teck, Claudia Silva, gerente de Personas de Garcés Fruit, Bernardita Correa, líder de sostenibilidad de Ikea, y Alejandra Muñoz, gerente de administración y finanzas de ULOG nos compartieron experiencias inspiradoras que demuestran cómo el voluntariado puede ser un motor de cambio en los equipos y un puente que une a las empresas con las comunidades.
Claudia Silva nos contó sobre Poliniza, un programa de voluntariado que conecta a los trabajadores de Garcés Fruit con la comunidad, diseñado por los mismos trabajadores. Desde 2020, la exportadora de fruta fresca ha ejecutado más de 45 proyectos a través de Poliniza, involucrando al 25% de su equipo permanente. Comentó que este programa no solo transforma a las comunidades, sino también a la empresa, fortaleciendo su propósito y creando un sentido de orgullo y pertenencia entre los trabajadores.
La misión de Ikea no es sólo ser el mejor vendedor de muebles del mundo, sino que es crear un mejor día a día para la mayoría de las personas. Con su plan Buen Vecino, Ikea trabaja en Lo Espejo desarrollando proyectos comunitarios que fomentan la economía circular, capacitan emprendedores y mejoran espacios públicos. Bernardita Correa destacó que el impacto del voluntariado radica en la continuidad y el vínculo personal que sus equipos logran con los vecinos. A través de grupos pequeños y mentorías, han involucrado a más de 100 colaboradores, con la meta de llegar a 150 en 2025.
Alejandra Muñoz compartió el impacto de Jóvenes Protagonistas y Prepárate para tu Futuro, dos programas desarrollados con Ultramar y Ulog en que los que trabajan con niños, niñas y adolescentes en residencias de protección del Estado. El primero, busca crear vínculos de confianza entre los niños, niñas, los equipos de las residencias y la comunidad, fomentando su integración y empoderamiento para que ejerzan una ciudadanía activa y sean protagonistas de sus vidas. El segundo programa entrega herramientas prácticas, como educación financiera y preparación laboral, conectando a los jóvenes con oportunidades reales. Alejandra subrayó la importancia de involucrar a líderes de la empresa para asegurar el éxito y sostenibilidad del voluntariado corporativo.
María Teresa Cavada presentó el enfoque y experiencia de Teck. La empresa minera canadiense integra inclusión y sostenibilidad en sus programas de voluntariado. Destacó que el éxito radica en involucrar a los trabajadores desde el diseño hasta la ejecución de los proyectos. Sus líneas de acción incluyen alianzas con organizaciones como Fundación Niñas Valientes y Fre, así como la organización de fondos concursables, y voluntarios por un día que permiten una participación flexible, ampliando el alcance del impacto.
Cada programa de voluntariado corporativo tiene su propio sello, reflejando la identidad y valores de cada empresa. Sin embargo, todos comparten un propósito común: fortalecer la cultura organizacional y construir puentes significativos con la comunidad. Agradecemos profundamente a nuestras panelistas por inspirarnos con sus experiencias y mostrarnos cómo el voluntariado puede ser un motor de cambio.
