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“¿Cuál sería el efecto sobre la cultura de tu compañía si su fundador, director o presidente empezase a tomar apuntes en las reuniones en su smartphone en lugar de hacerlo con un papel y un bolígrafo? ¿Te costaría realmente mucho teclear de manera suficientemente rápida como para considerarte productivo?
¿Has probado? Créeme: si teclear rápido y bien en un smartphone te parece algo incómodo, desesperante, imposible, o una tarea únicamente al alcance de personas jóvenes, es simplemente que no te has preocupado de practicarlo lo suficiente. Un cambio tan aparentemente sencillo como pasar del papel al smartphone en una compañía puede tener una enorme influencia sobre la actitud de esa compañía hacia la innovación” – Enrique Dans, Viviendo en el Futuro, 2019.
Alto ahí, ¿me estás proponiendo que deje de tomar apuntes en cuadernos de papel y empiece a hacerlo en mi celular o computador? Exactamente.
Pero ¿Qué tiene que ver eso con el título de este texto? Eso te vengo a contar.
El proceso para generar papel (celulosa) considera 3 insumos básicos: agua, electricidad y madera, los cuales son utilizados a lo largo de 5 etapas del ciclo de vida del famoso papel de oficina: se talan árboles, para posteriormente crear la celulosa y luego el papel, el cual se transporta a los diferentes proveedores, donde nosotros vamos a comprarlo y luego de darle solo un uso, lo desechamos, donde se transforma en dióxido de carbono o metano.
Ahora, en nuestra cotidianidad laboral podemos encontrar la celulosa principalmente de 2 formas: papel de impresión y cuadernos para tomar apuntes. Pero, ¿Cuál es el impacto medioambiental de su uso?
Para responder, tomemos un caso, en Simón de Cirene somos 145 colaboradores aproximadamente, de los cuales podemos suponer que el 85% utilizan al menos 4 cuadernos al año. Esto equivale al uso total de 147,9 resmas de papel anuales, lo que se traduce en:
Considerando el promedio de emisiones anuales de KgCO2 de la cantidad de personas que utilizan cuadernos, se obtiene que las emisiones asociadas a la producción del papel que utilizan, es semejante al 0,14% del total de emisiones de KgCO2 que estas producen anualmente. Mientras que, si consideramos los litros de agua requeridos en la producción del papel que utilizan, equivale al 7,83% del consumo de agua anual de este grupo de personas.
Interesantes resultados, ¿no?, si pensamos en la escasez de agua que existe en Chile, estas cifras son bastante alarmantes, considerando la cantidad de agua por persona asociada al ciclo de vida del papel que se utiliza solamente para que tú tomes notas.
En cambio, ¿Qué pasaría si es que todas estas personas comenzaran a tomar notas en su computador o a través de aplicaciones, como OneNote de Windows? No implicaría un gasto energético o de agua mayor, ya que lo utilizarías mientras lo tienes encendido, existiendo una reducción importante en tu impacto medioambiental.
Es fascinante como el cambio de este pequeño hábito no solo es una práctica sustentable para la empresa, sino que también una práctica eficiente y productiva personal, permitiendo:
Puede que leer esto te cause interés y hasta motivación por comenzar a implementar esta práctica, ¡lo cual es genial y te motivo a hacerlo! Pero, si es que en el paso de los días empiezas a tener pensamientos dudando tu capacidad para poner en práctica esto, con justificaciones como “no sé cómo hacerlo”, “no tengo tiempo” o simplemente la pereza supera tu motivación de cambiar de hábitos, pues te digo ¡ánimo! ¡vale la pena! Tal como empezaste a reciclar las botellas y/o latas en tu casa, a llevar bolsas de genero al supermercado y hasta ocupar tu celular para hacer un sinfín de acciones cotidianas, puedes también empezar a tomar notas desde tu computador o dispositivo favorito.
La velocidad del avance tecnológico exige unas actitudes y aptitudes determinadas para poder aprovecharlo sin sentirse desventajado, y esa actitud es necesaria entrenarla y educarla, y qué mejor forma de partir realizando esto que con la motivación de reducir tu impacto en la sequía que se vive en Chile, de forma concreta y sin morir en el intento.
Ingeniero Civil Industrial
Asesor de Emprendedores en Corporación Simón de Cirene