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No estamos pensando que naciste iluminado para ser un buen jefe. Los que siguen son una serie de recetas para que a “gente normal” a quienes les correspondió liderar una organización, sean buenos jefes.
Buen jefe es el que hace buenas preguntas a la gente que trabaja con él. ¿Quieres ver los efectos inmediatos de un jefe “preguntón”? Anota en un papel las preguntas que siguen y ponlas en un lugar muy visible de tu escritorio. Que esté a la vista de todos busca que no sólo las mire quien estará conversando contigo sino que tu mismo no te olvides de hacerlas y esperar con paciencia la respuesta!
Preguntas a tener en cuanta en toda reunión:
Sí, aunque te parezca contrario a lo que frecuentemente se dice, un buen jefe tiene que tener “labia” para discursear y convencer, pero sobre todo conviene que tenga una oreja preparada para oír. La virtud que tienen estas preguntas es que involucras y comprometes a tu equipo en las decisiones. Si quieres conducir bien, tomate el tiempo para hacer estas preguntas. Nadie te apura. Además, vas a ver que después de hacerlas el 90% de las dificultades o problemas “caerán por su propio peso”, lo que es muy bueno.
Un buen jefe…
Fundador de Simón de Cirene.