Educación Online vs Presencial: ¿Complementarias o Excluyentes?

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16 de Marzo, 2022

Escrito por Loreto Estevez

La pandemia trajo consigo, entre otras cosas, la llegada forzosa de la educación remota. Durante el 2020, la inmensa mayoría de los establecimientos educacionales de todo el mundo funcionaron con clases online. Si bien es cierto que esta trae consigo algunos beneficios, también es difícil de poner al mismo nivel que la educación presencial.

En efecto, como algunos de los atributos de la educación remota se ensalzan los siguientes elementos:

  • Puede funcionar de forma asincrónica: Se tiene la libertad de escoger el horario de estudio, lo que permite realizar otras actividades como trabajar y estudiar.
  • No hay barreras geográficas: La persona puede encontrarse en cualquier lugar del mundo.
  • Formación autónoma: Fomenta el desarrollo de la capacidad del estudiante para analizar, investigar y trabajar de manera individual.
  • Ahorro de dinero: Este tipo de clases suelen ser más económicas en comparación con la modalidad presencial, ya que se reducen gastos de material y traslados.

Con todo, son evidentes los efectos que han aparecido en los niños y adolescentes por tener clases remotas durante gran parte de estos dos años. Por ello la urgencia de retomar la presencialidad en las aulas ya que no tener clases de manera física conlleva a situaciones asimétricas en las oportunidades que tienen los estudiantes: la desigualdad se acrecienta en los más vulnerables, en aquellos que no tienen conectividad, que tienen un domicilio más pequeño, padres o adultos responsables con menos capital cultural, con menos capacidad de aporte o de soporte, o inclusive también aquellos dónde los adultos responsables tienen que salir a trabajar.

Además, se debe hacer hincapié en las diferencias que se dan entre el nivel socioeconómico de los establecimientos educacionales y la importancia de retomar prontamente a las clases presenciales, toda vez que un colegio con más precariedad socioeconómica tiene solo posibilidades de algo asincrónico, que los colegios con mejores condiciones, donde el cien por ciento de los alumnos está conectado. Esto ha demostrado la desigualdad social y económica que tenemos en el país, por lo que se ha perdido mucho en cuánto a desarrollar competencias y habilidades fundamentales que entrega solo el contacto en vivo y la sociabilización en comunidad educativa.

Los niños y jóvenes requieren tener contacto social. Los seres humanos somos sociales, durante el proceso evolutivo hemos desarrollado habilidades que nos permiten generar comunidad, y eso también nos genera seguridad, aprendemos también por imitación, aprendemos de los otros, y eso dentro de un espacio donde se está solo frente a un computador, se pierde.

El problema, por cierto, no es la educación online en sí misma, sino la exclusión de la presencialidad, y, peor aún, no sabe todavía la profundidad de los daños que ha podido generar en los niños y jóvenes la ausencia a las salas, y para los cuales se tendrán que desarrollar mecanismos no solamente a nivel educativo, sino que también desde la psicología y desde las habilidades sociales de los niños para enfrentarlo, ya que el sistema online exclusivo puede impactar en el desarrollo de habilidades sociales, de comunicación, y de trabajo en equipo.

En el caso de la educación técnica -de gran importancia para Simón de Cirene-, la educación remota ha sido todo un desafío, pues allí la formación empírica tiene el valor agregado de poner el acento en el “hacer”, constituyendo un reto mayor para las instituciones, alumnos y docentes. Esto porque una de las características de los centros educativos de formación técnico profesional, es su formación práctica basada en las especialidades y su modelo pedagógico por competencias laborales, así como aquellas actividades que requieren terreno, talleres y laboratorios.

Con la llegada de las clases online, los profesores han debido adaptar sus recursos pedagógicos y los materiales de enseñanza, además de priorizar los contenidos y los recursos didácticos para lograr los objetivos de aprendizaje en los alumnos. Desde el ámbito de los estudiantes, han requerido desarrollar habilidades a nivel de autorregulación, autoaprendizaje, planificación de los tiempos para estudiar y para desplegar procesos de metacognición.

Por todo lo mencionado, no cabe duda de que la presencialidad es crucial en el proceso de aprendizaje, no solo por la mera entrega del contenido, sino fundamentalmente en aquellos intangibles -como sociabilidad- que entrega el verse cara a cara. En el caso de la educación Técnico Profesional, su orientación al ámbito laboral hace que sea particularmente difícil la educación remota, pues el trabajo en terreno es un pilar sustancial de la formación.

Esperamos que, luego de dos largos años, las clases presenciales vuelvan a ser la prioridad en el país, sin dejar de lado -evidentemente- los avances que ha traído las clases remotas y que sin duda son un complemento valioso para la educación.

Loreto Estevez

Historiadora y Gestora Cultural y Encargada de Contenido en Simón de Cirene.